La tasa de inseguridad en Colombia no da tregua y cada día las bandas organizadas crean nuevas estrategias para cometer actos delictivos.

Así quedó evidenciado en una denuncia por medio de redes sociales de una joven que fue víctima de una nueva modalidad de atraco. Conozca cómo no caer en ella.

El transporte público es uno de los lugares donde más se presentan hurtos a los ciudadanos, ya que los ladrones aprovechan la congestión de los usuarios para evitar ser atrapados o simplemente que la víctima no se de cuenta de lo sucedido.

Como cada vez los colombianos prestan mayor atención a su entorno y pertenencias para evitar ser robados, las bandas criminales acuden a la creatividad para realizar nuevas maniobras y sorprender a la ciudadanía.

Adicional a esto, se ha vuelto común el tema de tomar ´justicia por mano propia´, o como es conocida popularmente ‘paloterapia´, ya que las personas no sienten que la justicia sea efectiva para luchar contra la inseguridad.

¿Cómo funciona esta modalidad?

Quienes usan sus celulares en el transporte público pueden ser víctimas de esta nueva modalidad, ya que una persona que pertenece a la banda criminal presta atención a temas como el fondo de pantalla, el forro, la marca del celular, el modelo e incluso la clave del bloqueo.

Mientras esto sucede, un segundo involucrado empieza la actuación. Anuncia que le han robado el celular y acusa a quién el primer sujeto estaba observando y tomando los datos anteriormente mencionados.

Con esta información, los ladrones pueden comprobar que “usted mismo se robó su propio celular”, mientras siguen haciendo el escándalo ya sea dentro del autobús en el que se transporta o en la estación en la que se encuentra.

Esto genera que las personas (no involucradas en la organización), se indignen y comiencen a tomar la justicia por sus manos mientras llega la policía.

Esto le ocurrió a uno de los afectados, que vivió agresión tanto física como mental por parte de los ciudadanos que creían lo que los ladrones aseguraban y en algunas ocasiones aprovechan ese desorden para huir con lo robado.

Cuando la policía llega, los ladrones nuevamente brindan los datos de la información del celular para “demostrar la veracidad de su acusación”. Las víctimas han tenido que probar que son los dueños reales al mostrar sus redes sociales, su galería de fotos, etc.

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