Juan Camilo Palacios Figueredo, dragoneante del Inpec, fue víctima de un atentado a tiros este jueves 9 de octubre en Cartagena.

El hecho ocurrió a las 6:00 a.m. en el barrio Simón Bolívar, cuando el funcionario regresaba a su casa tras cumplir su turno en la cárcel San Sebastián de Ternera.

Según el reporte preliminar, un sicario le disparó mientras Palacios intentaba huir por un callejón. Recibió dos impactos de bala, uno en el cuello y otro en el tronco.

Fue trasladado de inmediato a un centro médico, donde permanece internado en la Unidad de Cuidados Intensivos.

El agresor escapó en una motocicleta que lo esperaba a pocos metros del lugar. La Policía Metropolitana de Cartagena lidera la investigación junto con otras autoridades nacionales, y se activaron operativos para dar con el paradero de los responsables.

Ataques sistemáticos en varias ciudades

Este atentado no es un caso aislado. Hace solo dos días, en Cali, el dragoneante Jimmy Flórez Salazar fue asesinado luego de salir de su turno en la cárcel de Villa Hermosa. En Bogotá, el 3 de octubre, un ataque armado cerca de la cárcel La Modelo dejó un funcionario muerto y tres heridos.

Los hechos ponen en alerta a las autoridades del sistema penitenciario. Las investigaciones apuntan a que se trata de una estrategia de grupos criminales para presionar el control interno de las cárceles a través de atentados contra los funcionarios.

Los responsables suelen actuar con rapidez, en la mayoría de casos utilizando motocicletas. Aunque aún no se identifican públicamente los autores intelectuales, se presume que detrás de estos ataques hay estructuras criminales con alto poder de coordinación.

Medidas de protección

Frente a la creciente amenaza, el Inpec anunció medidas extraordinarias de seguridad. Entre ellas están la restricción de traslados y visitas en varios centros penitenciarios, el patrullaje conjunto con la Policía Nacional y la articulación con la Unidad Nacional de Protección para resguardar a funcionarios en riesgo.

También se evalúa entregar chalecos antibalas y armas para defensa personal a los dragoneantes, así como recompensas de hasta 50 millones de pesos por información que lleve a capturas.

Las autoridades iniciaron megaoperativos en las cárceles para prevenir posibles hechos violentos dentro y fuera de los centros. Además, se intensificaron las investigaciones para esclarecer los atentados recientes.

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