El rejoneo en Ventura es otra cosa

El rejoneo es otra cosa dicen los que ven a Ventura. Por lo menos eso fue lo que paso en Cañaveralejo cuando la media plaza que asistió vio a el rejoneador luso-español. Disfrutaron con la forma de montar, con la de templar y como no la de clavar.

Ventura inicio de forma inusual, metio al caballo Padilla de culo en el toril, prácticamente para tirar del toro desde el corral. Paro con la garrocha en todo el centro y la plaza estalló en júbilo. Emoción que le duro al publico hasta los aceros.

El rejoneador que es muy emocional, tras ejecutar la suerte siempre terminó al lado de los tendidos desbordando su alegria junto a los aficionados. Su sonrisa plena era el reflejo de su gusto por lo dejado en el ruedo.

¿Pero por qué es diferente? Pues es que Ventura es el caballero que mezcla la pureza del toreo portugués con la efusividad del rejoneo español. Él monta más de 10 horas al día, doma y prepara sus propias cabalgaduras. Él comparte su vida con los caballos y esto se traduce en una armonia perfecta, una comunión que no da lugar la imperfección. Ventura confía en sus caballos y ellos confían plenamente en él.

Todo parece fácil en el ruedo pero no lo es, lo que pasa es que cuando las cosas se hacen con profesionalismo y pasión se nota en el ruedo.

Cigarrera, Padilla, Toronjo,  Ordoñez, Oro,  Morante, son extensiones de la humanidad del torero a la jineta, no solo son caballos son sus migos y como amigos andan con alegria haciendo las cosas bien y con gran armonia.

Ventura es otro y el rejoneo en él es otra cosa. Cortó dos orejas en su segundo pero bien hábil podionser cuatro de no fallar con los aceros en el primero.

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