Cali, abril 23 de 2025. Actualizado: miércoles, abril 23, 2025 00:25
Agresiones verbales, escupitajos, y hasta amenazas, soportan las 240 taquilleras del sistema de transporte masivo, MIO, a diario, por parte de algunos usuarios.
Yarimi Ordóñez, taquillera del MIO, cuenta que “los pasajeros son muy intolerantes, no pueden esperar en la fila, nos dicen que somos lentas, inútiles, y resulta que hay mucha gente haciendo recargas”.
La taquillera asegura que incluso a sus compañeras las han escupido, y le han pegado tan fuerte al vidrio de cajeros que en varias oportunidades los han roto.
Intolerancia
Juanita Reina Triana, gerente de recursos humanos de Unión Temporal de Recaudo y Tecnología -Utryt, empresa encargada de la operación tecnológica del sistema, indicó que la intolerancia de los usuarios se vive a diario. Incluso varias taquilleras se han retirado por amenazas.
“Hay usuarios que son muy groseros con ellas (las taquilleras); por ejemplo regresan horas después o al otro día a decirles que le dieron un billete falso y así es muy difícil, le pedimos a los usuarios que cuenten la devuelta en la taquilla para que hagan el reclamo inmediatamente.”
La directora de recursos humanos de la Utryt asegura que hay usuarios que se molestan porque les dan monedas en las devueltas y por esta razón las insultan.
Reina Triana recomienda a los usuarios utilizar los conductos regulares para quejarse y dirigirse a los Centros de Información, Capacitación y Atención al Cliente del MIO, Cicac, ubicados en Cañaveralejo, Andrés Sanín y Menga, donde será tramitada la reclamación.
Inversión
Luis Carlos Heras, director administrativo de la Unión Temporal de Recaudo y Tecnología -Utryt, indicó que la reparación de las puertas de las estaciones, vidrios rotos, entre otros elementos, asciende a 30 millones de pesos.
“El sistema automático de apertura y cierre de las puertas de las estaciones se daña por el mal uso de los usuarios que le ponen los pies o las abren a la fuerza”, aseguró Heras.
El funcionario contó el caso de un joven que rompió unos vidrios en una estación, el costo de los daños ascendió a cuatro millones de pesos, “pero como es un proceso civil de menor cuantía no tiene cárcel; también tenemos otros casos donde los responsables no tienen cómo pagar”.
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