Juan Martín Bravo

Cali Music Lab

Juan Martín Bravo

Cali vive una paradoja, es una de las ciudades con mayor ADN musical, pero no ha logrado transformar ese talento natural en una verdadera industria competitiva.

La ciudad necesita un Cali Music Lab diseñado bajo estándares técnicos de incubación y aceleración, no como un programa cultural tradicional, sino como una plataforma de desarrollo económico creativo.

Para lograrlo, es indispensable analizar lo implementado en Medellín Music Lab y convertirlas en aprendizajes para un modelo superior.

En primera medida necesitamos un programa que no solo avance en formación e infraestructura, sino también con una ruta hacia empleabilidad y encadenamientos productivos con convenios formales con productoras, discotecas, bares, festivales y empresas de live events; una bolsa de empleo especializada; misiones creativas para prácticas en campo; y pasantías obligatorias en roles como FOH, monitores, iluminación, stage management o community management musical. Este componente debe ser el eje del Cali Music Lab desde el diseño inicial.

La segunda apuesta debe ser un fondo de inversión creativa que permita financiar EPs, videoclips, giras barriales y microcréditos blandos para emprendimientos musicales, bajo criterios técnicos y evaluación de riesgo cultural, todo con acompañamiento comercial integral.

La técnica indica que un proyecto musical fracasa no por talento, sino por ausencia de estrategia. Cali debe incorporar mentorías obligatorias en distribución digital, metadata, DSPs, marketing musical, TikTok, crecimiento orgánico, derechos de autor y monetización en canales digitales.

También se requiere un sistema de seguimiento basado en KPIs. Cali debe adoptar desde el inicio un panel con métricas de canciones lanzadas, streams, ingresos generados, contratos firmados, empleos técnicos creados y aporte al PIB cultural con apuesta productiva desde en inclusión etaria y territorial.

La propuesta técnica para Cali debe incluir rutas para adultos y niños, Music Lab Senior y Kids, y laboratorios móviles como nodos itinerantes de preincubación en comunas y corregimientos.

La ventaja competitiva de Cali radica en su infraestructura, los laboratorios de música de la Icesi, de los mejores de Latinoamérica, los estudios Takechima y la formación de Bellas Artes y la Institución Universitaria de las Culturas y las Artes Populares IPC que conforman el triángulo técnico ideal para una incubadora y aceleración real.

Si Cali integra estos aprendizajes desde el inicio, podrá construir un modelo más sólido que el de Medellín, una incubadora musical técnicamente robusta, medible y económicamente sostenible.

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