Cali, noviembre 19 de 2025. Actualizado: miércoles, noviembre 19, 2025 23:12
Studio Ghibli y editoriales japonesas exigen a OpenAI respetar derechos de autor en la era de la inteligencia artificial
En los últimos años, la inteligencia artificial (IA) ha transformado no solo la forma en la que accedemos a la información, sino también cómo se crean imágenes, audios y videos a partir de ejemplos previos.
Esto se logra a través de modelos avanzados que “aprenden” de grandes cantidades de datos, incluyendo obras protegidas por derechos de autor.
Recientemente, un grupo de editoriales japonesas, lideradas por la organización Content Overseas Distribution Association (CODA) que representa a creadores como el icónico estudio Studio Ghibli, ha solicitado formalmente a OpenAI que deje de usar sus contenidos sin autorización para entrenar sus modelos de IA.
OpenAI es la empresa detrás de ChatGPT y otras herramientas de IA capaces de generar texto, imágenes y videos.
Utiliza modelos de aprendizaje automático que se entrenan con grandes bases de datos para imitar estilos artísticos o replicar características de obras existentes.
En este caso, los modelos han sido entrenados con películas y animaciones de Studio Ghibli, famosas a nivel mundial por títulos como El viaje de Chihiro o Mi vecino Totoro.
Cuando OpenAI lanzó en marzo un generador nativo de imágenes, muchos usuarios comenzaron a solicitar recreaciones de fotografías personales o animales al estilo Ghibli, una tendencia que incluso llevó al CEO de OpenAI, Sam Altman, a cambiar su imagen de perfil en redes sociales por una versión “ghiblificada”.
Más reciente, con la apertura de la aplicación y el generador de videos Sora, el uso de estas tecnologías se ha multiplicado, lo que motivó la advertencia de los editores japoneses.
CODA reclama que la reproducción de obras protegidas para entrenar estas inteligencias pueda constituir una infracción de la ley de derechos de autor de Japón, que exige permiso previo para usar este tipo de contenidos.
A diferencia del enfoque que OpenAI ha utilizado —que consiste en pedir después perdón y no permiso—, en Japón eso no exime de responsabilidad.
Esta solicitud llega en un momento en que no hay claridad legal definitiva en muchos países sobre el uso permitido de obras protegidas para entrenar IA.
En Estados Unidos, por ejemplo, un tribunal reciente desestimó una demanda contra Anthropic, otra empresa de IA, por entrenar su modelo con libros protegidos, aunque sancionó a la compañía por otras razones relativas a la adquisición ilegal de esos libros.
La situación genera un debate importante sobre los límites éticos y legales en la era digital, especialmente para los creadores que temen que sus obras sean utilizadas sin reconocimiento ni compensación.
Hayao Miyazaki, uno de los fundadores y creativos centrales de Studio Ghibli, expresó en 2016 un rechazo frontal a la animación generada por IA.
Para él, este tipo de tecnología representa una “insulto a la vida misma” y una sensación de “asco”.
Para miles de aficionados, las creaciones inspiradas en Ghibli hechas por inteligencia artificial pueden resultar atractivas y novedosas, pero para los creadores originales es un asunto serio que involucra la protección de su legado artístico.
La petición de Studio Ghibli y otros grupos japoneses a OpenAI pone en evidencia un desafío global en la interacción entre inteligencia artificial y derechos creativos.
Aunque la tecnología abre nuevas posibilidades, también obliga a repensar cómo se respetan y protegen las obras originales en el mundo digital.
Sin un marco legal claro y actualizado, estas controversias seguirán creciendo.
Aquí encontrarás los términos básicos que necesitas para moverte con seguridad en este nuevo mundo digital.
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Esta nota fue generada 100% con IA. La fuente fue aprobada por Diario Occidente y el contenido final fue revisado por un miembro del equipo de redacción.

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