Cali, noviembre 15 de 2025. Actualizado: viernes, noviembre 14, 2025 23:17

TEMAS DESTACADOS:

Secretos, confesiones y murmullo nocturno

¿Por qué la gente habla dormida?

Dormir debería ser el momento más pacífico del día. Debería. Pero no para quienes comparten cama, habitación o pared delgada con alguien que habla dormido.

Esa especie humana misteriosa que, mientras descansa, suelta secretos, pide comida imaginaria, discute con seres invisibles o se ríe como villano de telenovela.

Dormir al lado de una persona que habla dormida es como vivir dentro de un podcast paranormal que nunca se apaga. Un episodio sorpresa cada noche.

Un contenido exclusivo que nadie pidió, pero que a veces es tan gracioso que dan ganas de grabarlo. (De hecho, muchos lo hacen).

Los dormilones parlantes: una tribu fascinante

Hay varios tipos de “habladores nocturnos”, cada uno más divertido que el anterior.

Está el Conferencista Profesional, que parece dictar charlas a las tres de la mañana:¡Pero es que el presupuesto no cuadra, Jovanny!”.

Está el Chef Espiritual, que cocina platos imaginarios en sueños:Pásame la sal… no, esa no, la especial”. Si uno le sigue la corriente, puede terminar diciendo que se comió un postre inexistente.

También está el Confesionario Ambulante, que suelta frases que uno no debería escuchar jamás:Yo fui el que rompió la lámpara…” o “a mí siempre me cayó mal ese primo”.

Si te despiertas con eso, pasas media hora preguntándote si lo dijo en serio o era un sueño raro.

Y por supuesto, el Poeta Dramático, que murmura frases profundas tipo:Yo… yo sí te quería”. ¡¿a quién?! Nadie sabe. Nadie pregunta. Nadie quiere saber.

La ciencia dice que es normal, pero la experiencia dice que es un caos

Los expertos aseguran que hablar dormido es una parasomnia común. O sea, una travesura del cerebro. Es como si quedara un micrófono encendido mientras el resto del cuerpo se desconecta.

La persona duerme plácidamente mientras su cerebro decide improvisar teatro. Lo curioso es que nunca recuerdan nada.

Pueden haber insultado a un fantasma, haber confesado un crimen imaginario, haber reencontrado al amor de su infancia o haber pedido un taxi para la luna… y al despertar:¿De qué hablas? Yo no dije nada”.

Mientras tanto, tú sigues pensando si deberías contarles que anoche estuvieron discutiendo con un duende imaginario por una empanada.

La comedia involuntaria de dormir con alguien así

No es fácil dormir con alguien que habla dormido. Uno intenta descansar, pero de repente escucha: “¡Cuidado con el perro!” y tú ni mascota tienes.

O peor: “¿Quién está ahí?” y tú abres los ojos rezando porque no sea una premonición.

A veces dan órdenes: “¡Corre!” “¡No abras esa puerta!” “¡Apaga la luz!”

Y ahí estás tú, obedeciendo como si fueras parte del sueño ajeno. Es como vivir en una película, pero sin banda sonora y sin glamour.

Las parejas: las víctimas más nobles

Las parejas de habladores dormidos son las verdaderas heroínas de las relaciones modernas.

Tienen que aguantar monólogos, discursos políticos, declaraciones de amor que no van dirigidas a ellas y conversaciones que dan miedo.

Ellas saben lo que es despertarse con alguien diciendo:Sí, doctora… ya operé al dinosaurio”.

Y quedarse mirando al techo preguntándose qué hicieron con su vida. También conocen la incertidumbre de escuchar algo comprometedor:Te juro que yo no fui”.

¿A qué? ¿A quién? ¿Por qué? Nunca se sabrá.

El terror cómico: cuando te hablan directamente a ti

Lo más escalofriante de todo es cuando el hablador dormido te mira (con los ojos cerrados, pero igual da miedo) y dice algo como:Dame eso”. “Muévete”.
“No te duermas”.

En ese momento uno siente que la habitación se volvió un exorcismo express. Se te van las ganas de dormir por 48 horas.

Pero luego el ser humano parlante se da la vuelta, abraza la almohada y sigue durmiendo como un bebé. Mientras tú evalúas llamar a un sacerdote, un psicólogo o a Discovery Channel.

¿Es peligroso? Solo para tus nervios

Hablar dormido no suele ser señal de nada malo. No es que la persona esté poseída ni que un espíritu la esté usando para mandar mensajes del más allá (aunque así se sienta a veces).

Es simplemente el cerebro sacando basura del día… pero con altavoz.

Lo peligroso, si acaso, es que suelte secretos familiares, revele nombres prohibidos, o diga cosas como:Apaga ese celular” cuando tú estabas en otro lado de la habitación.
Ahí sí es paranormal.

Pero lo más divertido es esto: nadie se salva

Creemos que solo algunos hablan dormidos, pero la verdad es que cualquiera puede hacerlo después de: un día muy largo, un susto, un enojo, o una pizza muy pesada.

Puede que tú mismo lo hagas y no lo sepas. Puede que ya hayas insultado a medio mundo en sueños.

Puede que ya hayas dado discursos motivacionales sin público. Puede que ya hayas dicho algo comprometedor y alguien lo recuerde perfectamente.

Conclusión: hablar dormido es la prueba de que la mente es un show 24/7

Hablar dormido es una comedia involuntaria. Un espejo nocturno del caos interno que todos llevamos. Una mezcla entre TikTok, novela mexicana y sesión de espiritismo aficionado.

No da miedo: da risa. No es posesión: es estrés con creatividad. No es un misterio: es el cerebro haciendo karaoke.

Así que si vives con alguien que habla dormido, no te quejes: tienes entretenimiento gratuito todas las noches.

Y si tú eres el que lo hace… pues súbete al escenario, estrella. Tu mente ya tiene show propio.


Banner Canal WhatsApp

Comments

Cargando Artículo siguiente ...

Fin de los artículos

pdf diario

Destacado

PUBLICIDAD
Publicidad
Publicidad
Diario Occidente

Una publicación diaria del Nuevo Diario Occidente S.A. Fundado el 19 de noviembre de 1961

© 1961 - 2025. NUEVO DIARIO OCCIDENTE S.A.
Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin autorización escrita del titular.

Ver mapa del sitio | Desarrollado por: