Cali, mayo 16 de 2025. Actualizado: jueves, mayo 15, 2025 22:45
Las asimetrías en el rostro son una condición que afecta no solo la movilidad y expresión facial, sino también la autoestima y calidad de vida de quienes la padecen. Para muchos pacientes, recuperar el control de sus expresiones faciales no es solo una cuestión estética, sino un paso crucial para reconectar con su entorno social, laboral y familiar.
Según Sandra Suárez directora y doctora de la clínica Presenza especialista en rejuvenecimiento facial: “Las asimetrías en el rostro afectan algo tan esencial como la comunicación no verbal. El rostro es nuestra carta de presentación, y cuando las personas pierden la capacidad de expresarse correctamente, su bienestar emocional se ve seriamente afectado. Lo que ofrecemos en Clínica Presenza es mucho más que un tratamiento estético; es una oportunidad para que los pacientes recuperen una parte importante de su vida”.
Los tratamientos para este padecimiento van más allá de recuperar la simetría del rostro. Implican un proceso que abarca tanto lo físico como lo emocional, permitiendo que los pacientes no solo recobren su apariencia natural, sino también su confianza para interactuar con los demás.
“Cada expresión facial recuperada es un paso hacia la normalidad para nuestros pacientes. Poder sonreír, comunicarse sin sentirse limitados o ser capaces de expresar emociones sin incomodidad es una experiencia liberadora”, añade Suárez.
El impacto de estos tratamientos en la vida diaria de los pacientes es enorme. Personas que antes se sentían retraídas o avergonzadas por la falta de control facial ahora pueden reintegrarse plenamente en actividades cotidianas.
“Hemos visto cómo mejora su calidad de vida, no solo a nivel personal, sino también en sus relaciones laborales y sociales”, afirma la doctora.
Recientemente, Clínica Presenza llevó a cabo una campaña enfocada en brindar atención a pacientes con asimetrías en el rostro, seleccionando casos con base en la gravedad de la condición y el impacto emocional en cada paciente.
La convocatoria fue un éxito rotundo, atrayendo a numerosos pacientes que buscaban una oportunidad para mejorar su situación.
“Evaluamos a cada paciente tanto desde un enfoque médico como emocional, asegurándonos de que estuvieran listos para aprovechar los beneficios de los tratamientos”, comenta Suárez.
Uno de los casos más inspiradores fue el de una madre que, debido a la asimetría por parálisis facial, había evitado aparecer en fotos con sus hijos durante años.
Tras el tratamiento, no solo recuperó su capacidad de sonreír, sino también la seguridad para volver a participar activamente en la vida familiar.
“Ver ese tipo de cambios es lo que hace que todo el esfuerzo valga la pena”, añade la doctora.
La clínica se ha convertido en un referente para el tratamiento de las asimetrías en el rostro, utilizando técnicas de vanguardia y un enfoque integral que aborda tanto la parte física como el bienestar emocional de los pacientes.
“Cada tratamiento que realizamos busca mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes. Sabemos que detrás de cada rostro hay una historia, una persona que quiere sentirse mejor consigo misma y recuperar su lugar en el mundo”, concluye Suárez.
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