Cali, octubre 13 de 2024. Actualizado: sábado, octubre 12, 2024 02:14
Luis Ángel Muñoz Zúñiga
Especial Diario Occidente
En Colombia, la Ley 271 de 1996, manda a celebrar el Día del Adulto Mayor en la última semana de agosto. La Ley 1850 de 2017, establece medidas de protección y penaliza el maltrato intrafamiliar y el abandono de los adultos mayores. La Ley 2381 de 2024, transformadora del sistema de pensiones, que empezará a regir desde el 1 de julio de 2025, atendió la carencia de los adultos de beneficiarse de una pensión.
La Organización de Naciones Unidas, desde el 2023, escogió el 1 de octubre como Día Internacional de las Personas de Edad. El Diario Occidente, mediante este informe de Cultura, rinde homenaje a los adultos e inculca en los jóvenes, los hijos, los nietos y demás descendientes: el amor hacia los padres, los abuelos y los viejos, cuyo legado posibilitó la continuidad de la especie humana y la perpetuación de la cultura. Los poetas y los cantores han dedicado mensajes a los viejos.
Gabriel García Márquez les concede protagonismo en sus novelas. Varios adultos mayores aportaron a la sociedad, por ejemplo, Ernesto Sábato escribió hasta su último día, murió de cien años. Luis Antonio Cuellar, con 99 años de edad, se doctoró en la Universidad del Valle y actualmente es Presidente de la Academia de Historia. Pero hay familias que se deshacen de los adultos mayores dejándolos en el olvido, internos en geriátricos.
Jean Paúl Sartre, participando en las protestas del mayo francés de 1968, demostró que un adulto puede interaccionar familiar y socialmente con los jóvenes y en actos reivindicatorios. En Colombia eso se replicó cuando se defendía la educación pública, interaccionaron los universitarios y Gerardo Molina.
Simone de Beauvoir, pareja de Sartre, en ”La vejez”, ensayo sociológico, concluyó que la desdicha de los ancianos es signo del fracaso social: “La vejez denuncia el fracaso de nuestra civilización. Hay que rehacer la sociedad entera, recrear las relaciones humanas, si queremos que la condición del anciano sea aceptable.
Un adulto no debería llegar al final de su vida con las manos vacías, y solitario. La sociedad sólo se preocupa del individuo en la medida que produzca. Los jóvenes lo saben. Su ansiedad al momento de asumir la vida, es simétrica a la angustia de los viejos cuando quedan excluidos socialmente”.
Gabriel García Márquez dijo que “el secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad”. En su novela “El amor en los tiempos del cólera”, hizo el mejor homenaje a los adultos mayores narrado en la literatura colombiana. Fermina Daza y Florentino Ariza, demuestran que el amor, el erotismo y la sexualidad, no se extinguen en la vejez.
En “El coronel no tiene quién le escriba”, nuestro escritor ya había narrado los padecimientos que afronta una pareja de viejos, inmersos en la pobreza, sin seguridad social, en soledad, sobreviviendo hambrunas, mientras él, un veterano de la guerra de los mil días, espera el reconocimiento de una pensión, que a la postre jamás llegó.
Carlos Castro Saavedra en “Esas mujeres viejas“, rindió homenaje a la vejez: “Esas mujeres viejas fueron jóvenes/ y un día caminaron por la plaza de un pueblo/ con sus vestidos nuevos y sus novios./ Fueron amadas, fueron codiciadas/ y sintieron que el roce de la falda en sus muslos,/ era como el de un hombre/ diluido en la tela y en el viento./ Muchas veces callaron/ y sintieron que su silencio/ se llenaba de espadas y de nidos./ Fueron jóvenes y cantaron/ y miraron el cielo para ver si las nubes / se volvían redondas/ y comenzaban a ser madres./ Una vez las besaron contra un árbol/ y otra vez las hundieron en la hierba/ y las volvieron a besar/ Se volvieron esposas con el paso del tiempo/ y salieron de las iglesias/ coronadas por azahares/ y granitos de arroz./ Perdieron su inocencia por la noche/ y amanecieron derrotadas,/ pero más anchas y más hondas./ Esas mujeres viejas/ van al cementerio los domingos/ y se ven como flores arrugadas en medio de los muertos”.
Cantautores latinoamericanos del 70 dedicaron algunos temas a los viejos. Piero, cantante argentino, en su primer álbum, que escribió conjuntamente con José Tcherkaski, incluyó “Mi Viejo”, letra aún vigente como himno fundamental al padre: “Es un buen tipo mi Viejo/ Que anda solo y esperando/ Tiene la tristeza larga/ de tanto venir andando/ Yo lo miro desde lejos / Pero somos tan distintos/ Es que creció con el siglo/ Con tranvía y vino tinto/ Viejo, mi querido Viejo/ Ahora ya caminas lerdo/ Como perdonando el viento/ Yo soy tu sangre, mi viejo / Soy tu silencio y tu tiempo/”.
Roberto Carlos, canta-autor brasilero, les dedicó el tema “Mi querido, mi viejo, mi amigo”, cuya letra refleja sentimientos por el viejo: “Esa vida llena de historias/ Y de arrugas marcadas por el tiempo/ recuerdos de antiguas victorias/ Son lágrimas lloradas al viento/ Tu voz dulce y serena me calma/ Y me ofrece refugio y abrigo/ Va calando dentro de mi alma/ Mi querido, mi Viejo/ mi amigo/ Tu pasado vive, presente./ En las experiencias sentidas/ En tu corazón consciente/ De las cosas bellas de la vida/ Tu sonrisa franca me anima / Tu consejo sabio me guía/ Abro el corazón y te digo/ Mi querido, mi Viejo, mi amigo/”.
Colombia figura como segundo país con más alto nivel de desprotección social de sus adultos mayores: 14.7 millones no se benefician de pensión, sólo una de cada cuatro personas la lograba.
Con la nueva Ley Pensional aparece una esperanza para los y las adultas, sobre todo quienes no alcanzaban una pensión, víctimas de desprotección social y destinadas a sobrevivir en mendicidad y de la caridad pública.
Si la Corte no la declara inexequible, porque ya fue demandada, reconocerá una renta solidaria de $225 mil pesos, dignificando a más de dos millones de adultos, mayores de 65 años ellos y 60 ellas, que por haberse empleado ocasionalmente o que vivieron de la informalidad laboral callejera, no cotizaron al sistema quedando condenados a pobreza extrema.
También beneficiará a adultos mayores, que por la inestabilidad laboral o la ilegalidad patronal que no pagar los aportes, sus semanas no les alcanzaba; la ley les reconocerá hasta el 80 por ciento de la pensión.
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