Cali, octubre 7 de 2024. Actualizado: lunes, octubre 7, 2024 21:06
Los cometas han fascinado a la humanidad durante siglos, apareciendo en el cielo como bolas de fuego con largas colas resplandecientes.
Si bien muchos los ven como fenómenos celestiales inofensivos y bellos, algunos cometas han representado, y siguen representando, una amenaza para la Tierra.
¿Qué pasaría si uno de estos cuerpos celestes se acercara demasiado a nuestro planeta? A continuación, exploramos algunas de las cercanías más peligrosas de cometas a lo largo de la historia y las potenciales amenazas futuras.
Un cometa es un cuerpo celeste compuesto de hielo, polvo y rocas que orbita el Sol.
A medida que se acercan al Sol, el calor evapora los materiales volátiles de su superficie, creando una atmósfera brillante o coma, junto con una cola de gas y polvo.
La mayoría de los cometas siguen trayectorias elípticas, que los llevan desde las profundidades del espacio hasta cerca del Sol y luego de vuelta.
En algunas ocasiones, estos cometas cruzan órbitas cercanas a la Tierra, lo que puede generar preocupaciones sobre posibles colisiones.
El cometa Halley, uno de los más conocidos, ha hecho varias aproximaciones a la Tierra a lo largo de los siglos.
Sin embargo, una de las más cercanas ocurrió en el año 837 d.C., cuando pasó a solo 5 millones de kilómetros de la Tierra, una distancia relativamente corta en términos astronómicos.
Aunque no representó una amenaza directa, este evento demuestra que incluso cometas recurrentes pueden acercarse lo suficiente como para preocupar a los astrónomos.
El cometa Lexell ostenta el récord de la aproximación más cercana registrada de un cometa a la Tierra.
En 1770, pasó a solo 2.2 millones de kilómetros de nuestro planeta, lo que generó asombro y temor en la comunidad científica de la época.
Si bien no causó daños, la cercanía subrayó el peligro que estos cuerpos celestes pueden representar si su trayectoria se alterara, por ejemplo, debido a la influencia gravitacional de otros planetas.
Aunque el cometa Shoemaker-Levy 9 no se acercó a la Tierra, es famoso por colisionar con Júpiter, lo que proporcionó a los astrónomos una visión sin precedentes de lo devastadora que puede ser una colisión de este tipo.
Si un cometa de ese tamaño hubiera impactado la Tierra, las consecuencias habrían sido catastróficas.
La probabilidad de que un cometa colisione con la Tierra es baja, pero no imposible.
Los astrónomos están constantemente monitoreando el cielo para detectar objetos cercanos a la Tierra (NEOs, por sus siglas en inglés) que podrían representar una amenaza.
Sin embargo, uno de los mayores desafíos es que los cometas, a diferencia de los asteroides, pueden provenir de regiones del sistema solar que no están bajo constante vigilancia, como la nube de Oort.
Uno de los cometas más peligrosos que se ha identificado es el cometa Swift-Tuttle, que pasa cerca de la Tierra cada 133 años.
En su última aproximación en 1992, los científicos confirmaron que su órbita lo llevará peligrosamente cerca de la Tierra en el año 4479, con una posibilidad, aunque pequeña, de colisión.
Si llegara a impactar, las consecuencias serían devastadoras, ya que este cometa es considerablemente grande, con un diámetro de 26 kilómetros.
Dada la amenaza que representan los cometas y asteroides, las agencias espaciales, como la NASA y la ESA, están desarrollando estrategias para mitigar el riesgo de una colisión.
Misiones como DART (Double Asteroid Redirection Test) tienen como objetivo probar la viabilidad de desviar objetos celestes peligrosos de su curso, empujándolos lejos de la Tierra mediante impactos controlados.
* Este artículo fue elaborado por un periodista del Diario Occidente usando herramientas de inteligencia artificial.
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