Cali, abril 24 de 2025. Actualizado: miércoles, abril 23, 2025 23:50
Pedro Alonso Dueñas Arango
Cirujano Plástico, Reconstructivo y Estético
La tecnología avanza constantemente, generando una serie de desafíos para al ser humano, que le exigen estar en permanente capacitación para conocer los adelantos que la ciencia desarrolla, y que, gracias a la globalización, generan el interés de todas las personas para acceder a ella.
En el campo de la medicina y de la industria estética, se avanza vertiginosamente, en búsqueda de respuestas que satisfagan anhelos inmemorables por la eterna juventud, medidas perfectas, con técnicas y tecnologías que respondan al culto de la belleza física.
Surgen equipos innovadores, técnicas y productos, los cuales muchas veces prometen resultados poco creíbles y sobre todo sin sustento científico; generando riesgos inminentes a la salud del usuario. La responsabilidad y ética de los profesionales, como así mismo la capacitación al público consumidor, se convierte en una constante de los entes gubernamentales, para que se genere una conciencia del autocuidado, identificando los riegos y consecuencias al creer que todo lo que se les ofrece es inocuo para su salud.
En nuestro país, entes tan importantes como el Invima, buscan proteger y promover la salud de la población, a través de la inspección y vigilancia, garantizando el uso seguro de alimentos, medicamentos, dispositivos médicos, equipos y otros diversos productos objeto de vigilancia sanitaria, ejerciendo controles de calidad. Por lo cual, en el campo de la cirugía plástica, reconstructiva y estética, la seguridad en el uso de prótesis mamarias, glúteas y de demás áreas corporales y faciales, nos la da el registro Invima; que debe tener todo material implantable, al igual que los medicamentos, dispositivos médicos y equipos; desde una hoja de bisturí, hasta una máquina de anestesia de soporte vital.
La especialidad de la cirugía plástica, reconstructiva y estética no debe ser considerada al margen de las especialidades quirúrgicas, por estar enfocada en el campo de la estética corporal y facial; se asume aún más responsabilidad, al realizar intervenciones en pacientes con un estado de salud óptimo, a quienes se realizan procedimientos para cambiar o mejorar su apariencia física, impactando notablemente su psiquis emocional.
Al tener tal relevancia, se hace prioritario contar con tecnologías que incrementen la seguridad durante los procedimientos, logrando disminuir los tiempos quirúrgicos, los procesos de pérdida sanguínea, y generando mejores resultados, para que no haya múltiples reintervenciones.
En el campo quirúrgico, hay nuevas tecnologías como el J-PLASMA, que se usa posterior a la lipoescultura, en la cual con equipos de lipoaspiración ultrasónica como el MICROAIRE ®o el SONOCA®, se succionan de forma segura, cúmulos grasos, generando flacidez en la piel, que se puede revertir con la tecnología del J-PLASMA. Son equipos avalados a nivel mundial y en Colombia, cuentan con todas las certificaciones de Seguridad, para formar parte de los procesos quirúrgicos garantizando efectividad en los resultados.
Así como se logran grandes resultados en un quirófano, logrando el empalme perfecto, entre tecnología, conocimiento y experiencia, garantizando la seguridad para el paciente; no somos ajenos, a que factores relevantes como la edad y las condiciones de salud, impiden un procedimiento quirúrgico, surgiendo opciones a nivel estético no quirúrgico.
Los procedimientos estéticos no quirúrgicos, también exigen ser realizados por personal idóneo, que tenga la capacitación y la experticia para hacer uso de tecnologías, que así tengan las certificaciones correspondientes, deben ser usadas con las potencias requeridas, haciendo correctos análisis de la piel, y definiendo aspectos tan relevantes como condiciones previas de salud, para poder realizarlos..
Todo paciente debería ser valorado previamente por un médico general o un especialista en medicina estética, quienes pueden identificar si existen contraindicaciones para usos de algunos equipos, por ejemplo la cavitación ultrasónica con la radiofrecuencia, es un equipo para disolver células adiposas localizadas, mediante el uso de ultrasonidos de baja frecuencia, se usa en muchos centros de estética, garantizando la disminución de medidas y de la llamada celulitis, sin lugar a dudas además puede influir en la circulación de forma notable, regular el tránsito intestinal, eliminar toxinas y aumentar el tono y elasticidad de los tejidos corporales, beneficios terapéuticos adicionales, por la estimulación que se alcanza.
Pero muchas veces se desconocen y subestiman las contraindicaciones de un tratamiento que consideramos inocuo, la Cavitación está claramente contraindicada en pacientes con insuficiencia renal, hepática, cardiopatía, epilepsia, embarazo, lactancia, patologías auditivas, cáncer, prótesis metálicas, marcapasos u otros dispositivos electrónicos. Además, se recomienda no aplicar la cavitación sobre lesiones severas de la piel, como úlceras, heridas o psoriasis.
La tecnología estética, avanza a pasos agigantados, acceder a ella con equipos, o productos no certificados, también se ha hecho muy fácil… pero generar eventos adversos prevenibles en la salud de un paciente, por un mal uso o desconocimiento de las contraindicaciones o riesgos de determinada tecnología, es una constante en este mundo tan exigente con la belleza, lo cual podríamos evitar.
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