Cali, octubre 16 de 2024. Actualizado: miércoles, octubre 16, 2024 01:02
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La reciente pérdida de La Gorda Fabiola, una de las humoristas más queridas de Colombia, ha dejado una profunda huella en su esposo, Nelson Polanía, conocido como Polilla. Desde el trágico fallecimiento de Fabiola el 19 de septiembre.
En su reciente visita al programa “Día a día” del canal Caracol, Polilla compartió que ha tenido tres sueños con ella, experiencias que lo han llevado a reflexionar sobre el proceso de duelo, una montaña rusa emocional donde los sentimientos cambian constantemente.
En una emotiva intervención en el programa Polilla reveló la importancia de estos sueños y cómo se han convertido en una forma de conexión con su amada esposa.
Para él, el duelo no es un camino recto, sino un laberinto lleno de giros inesperados, donde algunos días son más llevaderos que otros.
La narrativa de sus sueños ofrece una ventana a su alma, un espacio donde el amor trasciende la muerte.
El primer sueño ocurrió en un lugar significativo: la Clínica Colombia, donde Fabiola pasó sus últimos momentos.
En este sueño, Polilla llegó al centro de salud y, al entrar, vio a su esposa saludándolo desde su habitación.
Sin embargo, un médico le advirtió que no debía subir al piso donde ella se encontraba. A pesar de las instrucciones, Polilla no pudo resistir la tentación de ir a buscarla.
Al llegar, se dio cuenta de que ella ya no estaba a lo que él médico le dijo que por eso no debía subir porque ella ya no estaba.
Este sueño refleja la lucha interna del comediante, un deseo profundo de acercarse a su esposa y, al mismo tiempo, la frustración de la realidad de su pérdida.
En el segundo sueño, Polilla se encontró en la misma habitación donde La Gorda Fabiola falleció. En esta ocasión, ella lo abrazó, y le susurró al oído que le dijera cuánto la amaba.
Este momento íntimo de conexión fue un bálsamo para su dolor, un recordatorio de los sentimientos que siempre compartieron.
La necesidad de expresar amor, incluso después de la muerte, resalta el poder de los lazos afectivos que perduran más allá de la vida física.
El tercer sueño tuvo lugar en un contexto profesional, en las instalaciones de Caracol Televisión, donde ambos construyeron una carrera exitosa.
En esta visión, La Gorda Fabiola se mostraba nerviosa por tener que actuar junto a la icónica Vicky Hernández.
A pesar de ser consciente de su talento, la humorista sentía la presión del momento.
Este detalle revela la vulnerabilidad que a menudo enfrentan los artistas, incluso aquellos con una carrera destacada.
Lo más impactante del sueño fue cuando Fabiola vio a Jorge Enrique Abello, y le pidió a Polilla que lo abordara.
A pesar de sus reticencias, él accedió, llamó a Jorge Enrique quien se acercó dándole un fuerte abrazo.
Cuando lo soltó el volteó a mirar a Fabiola, pero ella ya había desaparecido.
Lo sorprendente del sueño se dio luego cuando una de las presentadoras de Día a Día le dijo que Abello acababa de lanzar un libro sobre el duelo, lo que dejó perplejo a ‘Polilla’ al entender el mensaje que le mandaba su esposa a través de este sueño.
Este giro inesperado no solo refleja el carácter efímero de la vida y las oportunidades, sino que Polilla interpretó este encuentro como una señal sobre la ayuda que debe buscar para superar este difícil momento.
Las experiencias oníricas de Polilla con La Gorda Fabiola no son solo un relato personal, sino un espejo de la lucha que muchas personas enfrentan al perder a un ser querido.
El duelo es un proceso intrínsecamente humano que nos lleva a experimentar una variedad de emociones, desde la tristeza profunda hasta momentos de alegría al recordar.
Para Polilla, estos sueños han sido tanto un consuelo como un recordatorio de lo que ha perdido y de la importancia de mantener viva la memoria de su esposa.
Además, la manera en que Polilla ha compartido sus experiencias puede servir de inspiración para otros que atraviesan procesos similares.
Hablar sobre la pérdida, la conexión y los mensajes que pueden surgir en los sueños es una forma de honrar a aquellos que han partido y de permitir que su legado continúe vivo en nuestras vidas.
A medida que Polilla navega por este camino de duelo, los sueños con La Gorda Fabiola actúan como puentes hacia el pasado, recordándole el amor que compartieron y la fuerza que ella representa en su vida.
En cada abrazo y cada conversación, la presencia de La Gorda se siente aún vibrante y llena de amor, un recordatorio de que, aunque físicamente ausente, su espíritu continúa guiando y apoyando a Polilla en su jornada.
Fin de los artículos
Una publicación diaria del Nuevo Diario Occidente S.A. Fundado el 19 de noviembre de 1961
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