Cali, enero 21 de 2025. Actualizado: martes, enero 21, 2025 23:45
Desde diversos sectores, el Valle del Cauca viene aportando su grano de arena para mitigar el cambio climático, que hoy en día es una imperiosa necesidad en todo el planeta.
Son muchos los ejemplos de acciones y actividades que se vienen desarrollando para proteger la naturaleza y evitar que la temperatura siga en aumento, desde la disminución de los gases efecto invernadero, hasta la reforestación y el desarrollo de ecobarrios como los que se han venido desarrollando en varias comunas de Cali.
La moderna arquitectura no sólo se ha preocupado por hacer viviendas funcionales, sino crear un entorno amigable con el medio ambiente que redunde en generar frescura en el ambiente y calidad de vida, al tiempo que se convierte en una medida para afrontar el cambio climático.
En los espacios urbanos se han desarrollado distintas estructuras para paliar las altas temperaturas con el fin de que los espacios sean acogedores.
Como una medida para ese cambio climático están las huertas urbanas, pero también se encuentran los llamadas huertas verticales u otras estructuras como los muros verdes o paredes de cultivos, en los cuáles se cultivan diversos tipos de plantas, al tiempo que generan un ambiente agradable.
Pero también desde las casas y las familias se puede realizar un aporte invaluable a esa lucha, que debe ser un compromiso no sólo del Estado y las instituciones, sino de cada uno como personas.
Tal es el caso de la investigación desarrollada por Jorge Andrés Montes Jaramillo, estudiante de Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, Unad, para el desarrollo de huertos verticales, las cuáles sirven no solamente para el autoabastecimiento, sino también con objetivos estéticos y para generar un ambiente más fresco.
La investigación desarrollada por Montes se titula “Huerta vertical para hortalizas de autoconsumo en viviendas”, propuesta que se convierte en un complemento para el trabajo de huertas caseras que se vienen aplicando en los ecobarrios de Cali.
El investigador recuerda que un huerto vertical es “un sistema que permite cultivar plantas, tanto hortículas como ornamentales, en una estructura vertical de pared”.
El huerto vertical, explica Jorge Montes en su exposición, es una alternativa a las huertas tradicionales.
En el mundo actual, donde los espacios para vivir son cada vez más reducidos, se hace prácticamente imposible la implantación de las tradicionales huertas, que por lo general se realizan en casas que tienen grandes patios.
Por esta razón las huertas verticales se convierten en una opción para muchas familias, ya que estas se adecúan a los espacios pequeños.
El investigador puso el caso de un apartamento ubicado en un cuarto piso, con espacios muy reducidos, al que primero hay que hacerle un diagnóstico para determinar en qué sitio de este se debe ubicar la huerta vertical.
Para eso, expresa, es necesario tener en cuenta variables como la radiación solar, la temperatura, el viento y la disponibilidad del espacio, por lo que se selecciona un espacio donde entre la luz solar y haya ventilación.
Las plantas, una vez germinadas en una cama hecha de cartón, se siembran en una materas hechas de botellas de plástico PET y se le hace seguimiento permanente para evitar plagas y que se sequen.
Estas materas también se pueden desarrollar con otros materiales como el barro o la madera.
Jorge Montes indica que las huertas verticales modulares en ciudades densamente pobladas, caso de Cali, permiten, entre otras cosas, el embellecimiento de los espacios y mayor confort, la disminución de las temperaturas en el ambiente y se convierten en barrera contra el ruido, además de que permite menos consumo energético gracias a la disminución de la temperatura.
Lo anterior se convierte en una contribución a los procesos de mitigación del cambio climático.
Dice Jorge Montes que “muchos estudios demuestran que el contacto con las plantas estimula el amor por la naturaleza, ayudando a nuestro equilibrio biológico y psíquico, lo que se refleja en una mejor calidad de vida”.
Las huertas verticales son propicias para el desarrollo no solamente de verduras y hortalizas, sino también para diferentes tipos de plantas ornamentales y medicinales.
El tamaño de la matera dependerá siembre del tamaño de la planta, y de la profundidad de las raíces.
Estas se pueden colgar junto a ventanas o a paredes que les de el sol y estén en espacio ventilado.
Cuando en la remota prehistoria, los cazadores y recolectores comenzaron a tener una vida más sedentaria, la adecuación de diversos espacios para el cultivo de tierras se convirtió en una necesidad para el autoconsumo y la supervivencia.
Entonces se comenzó a cultivar en diferentes espacios, fueran llanuras, montañas, algún recodo de la geografía.
El ingenio estuvo muy presente a lo largo de los siglos y muestra de ellos son los Jardines Colgantes de Babilonia, una de las siete maravillas del mundo de la antigüedad, en la que se sembraban árboles frutales y palmeras en terrazas, como un ejemplo de los primeros esfuerzos por hacer agricultura vertical.
Hoy en día, el concepto de huerta vertical está más ligado al desarrollo de la arquitectura y a los pequeños espacios.
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