En marzo, cuando comenzaba a calentar motores la campaña por la Alcaldía de Cali, se creía que por primera vez la capital del Valle del Cauca podría elegir a una mujer.
Como nunca antes había ocurrido, hace seis meses varias mujeres estaban en el sonajero para elegir al reemplazo de Jorge Iván Ospina.
Sin embargo, por diferentes razones unas declinaron sus aspiraciones y otras cambiaron de escenario: Juanita Cataño adhirió a Alejandro Eder, Catalina Ortiz se marginó prudentemente después del montaje que tanto daño le hizo, Ana Erazo y Darschan Ocampo se inscribieron como candidatas al Concejo de Cali y Mábel Lara no aceptó ser la candidata del Pacto Histórico.
Con este panorama, todo apuntaba a que por primera vez dos mujeres estarían en la recta final de la carrera por la Alcaldía de Cali con alguna opción de ganar, pero los hechos de los últimos días llevan a pensar que, como ha ocurrido casi siempre desde que existe la elección popular de mandatarios locales, la definición en la capital del Valle del Cauca será cosa de hombres…
Desde 1987 se han realizado 11 elecciones populares de alcaldes y sólo en las de 1997 –cuando ganó Ricardo Cobo- una mujer, la recordada periodista Margarita Londoño, llegó hasta el día de las votaciones con posibilidades de pelear por el cargo.
Esta semana los ojos de la política local estarán puestos sobre Diana Rojas, quien aún tiene buen registro en las encuestas, pero deberá tomar la decisión de continuar sin el apoyo del exalcalde Maurice Armitage o adherir a Alejandro Eder.
¿Y si Diana declina, Miyerlandi irá hasta el final o también es posible que adhiera? De la decisión que tomen ambas dependerá que otra vez la definición de la Alcaldía de Cali sea cosa de hombres.
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