Cali, noviembre 11 de 2024. Actualizado: sábado, noviembre 9, 2024 01:43
La propuesta de acuerdo nacional presentada por el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, en nombre del presidente Gustavo Petro, puede ser un paso importante hacia la reconciliación política y social en Colombia.
Sin embargo, hay un gran obstáculo que debe ser abordado si se quiere avanzar: el tono y el lenguaje que utiliza el jefe de Estado cuando se refiere a quienes lo contradicen o critican sus ideas.
Es difícil construir un acuerdo nacional cuando el presidente, casi a diario, lanza insultos a quienes representan visiones diferentes.
Petro ha llamado “muñecas de la mafia” a mujeres periodistas que lo critican, ha cuestionado la legitimidad de las ideas conservadoras de un magistrado afrodescendiente, ha tildado de “esclavistas” a los empresarios, y ha calificado de “nazis” a quienes se oponen a sus reformas.
Estos ataques constantes no solo dividen al país, sino que también erosionan la confianza necesaria para establecer un diálogo.
Gustavo Petro debe recordar que es el presidente de todos los colombianos, tanto de quienes votaron por él como de quienes no.
Como tal, tiene la responsabilidad de garantizar los derechos de todos, incluidos aquellos que no comparten su visión.
Si el mandatario desea construir un acuerdo nacional, el primer paso es desarmar su lenguaje y adoptar una actitud de respeto hacia quienes piensan diferente, sólo así se podrá generar el clima de confianza necesario para que esta idea sea viable.
Además, es fundamental que el acuerdo no se entienda como una sumisión a los deseos del Ejecutivo.
La oposición, los sectores independientes y los partidos políticos no están obligados a decir “sí” a todo lo que el presidente proponga.
Un verdadero acuerdo nacional implica ceder, dialogar y buscar consensos.
Y si bien el gobierno debe liderar este proceso, debe hacerlo escuchando y tomando en cuenta las diferentes visiones de país.
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