Cali, septiembre 28 de 2023. Actualizado: jueves, septiembre 28, 2023 17:36
La estrepitosa caída de la aprobación del presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez está más que justificada.
Según la más reciente encuesta de Invamer, la aprobación de Petro es de sólo el 33,8% y su desaprobación llegó al 59,4%, mientras que la aprobación de Márquez es de solo el 27,9% y su desaprobación es del 59,9%.
Todos los análisis del tema se pueden resumir en una sola explicación: ahora que son gobierno, el presidente, la vicepresidenta, miembros del gabinete y congresistas del Pacto Histórico se convirtieron en lo que tanto criticaban cuando estaban en campaña y que se comprometieron a combatir con la promesa del “cambio”.
Los excesos y señalamientos contra miembros de la familia presidencial, comenzando por las serias acusaciones contra Nicolás Petro, hechas por su propia exesposa y que apuntan hacia financiación ilegal de la campaña presidencial; los viajes de la primera dama y la manera arrogante en la que la vicepresidenta respondió a las críticas por el uso de un helicóptero oficial para sus viajes particulares de fin de semana son una réplica de conductas que el propio presidente y sus congresistas cuestionaron con severidad en otros gobiernos.
El manejo dado a la seguridad en un país acosado por el crimen es, sin duda, uno de los más grandes errores del presidente Petro. La reforma al Código Penal, que busca eliminar varios delitos y acabar con las penas privativas de la libertad para otros, así como los ceses al fuego de la llamada “paz total”, que permiten que los grupos armados al margen de la ley operen sin que las fuerzas del Estado puedan confrontarlos, deja la impresión de que el gobierno está dedicado a la defensa de los delincuentes, no de los ciudadanos.
Y ni qué decir del pánico generado por las decisiones del gobierno Petro en materia de hidrocarburos, que pueden dejar a Colombia en pocos años sin carbón ni gas ni petróleo.
Y eso que la encuesta se realizó días antes de que estallara el escándalo de la niñera de Laura Sarabia, que involucra interceptaciones telefónicas ilegales y la humillación a una empleada doméstica, llamada despectivamente “sirvienta” por la senadora Clara López, del Pacto Histórico, episodio que muestra cómo el gobierno del “cambio” no sólo cayó en las peores prácticas de gobiernos anteriores, sino que busca cómo justificarlas, así esto implique pasar por encima de las personas humildes que juraron defender.
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