Cali, marzo 19 de 2024. Actualizado: lunes, marzo 18, 2024 22:27
No es fácil abordar el tema de la reforma laboral, pues ya sea como empleados o como empleadores, hay intereses y aspiraciones que median las posiciones.
Sin embargo, Colombia requiere un análisis desapasionado del tema, en el que se tenga siempre presente la protección de los puestos de trabajo y se busquen condiciones para abrir nuevos espacios laborales.
En ese sentido, preocupa que la reforma laboral puede incrementar los costos laborales entre un 30% y un 35%.
En nuestro país las microempresas y las pequeñas empresas generan el 78% del empleo; las primeras son aquellas que tienen hasta 10 empleados y las segundas tienen entre 11 y 50 trabajadores.
Es inevitable preguntar si con un aumento de los costos laborales como el planteado, la mipymes y las pymes podrán mantener a todo su personal o si, por el contario, la aprobación de la reforma laboral generaría recortes.
Es claro que se debe buscar que los trabajadores colombianos tengan las mejores condiciones posibles, pero en ese propósito hay que cuidarse de lesionar el aparato productivo. Las mejoras laborales deben darse dentro del contexto de la capacidad de las empresas, es una ecuación obvia en la que la sostenibilidad del empleo depende de la viabilidad financiera de las organizaciones.
Además de lo anterior, el Congreso de la República y el gobierno nacional deben cuidarse de adoptar una normatividad laboral que complejice la contratación, ya que esto puede derivar en un aumento de la informalidad, porque muchos empleadores, ante la incapacidad de cumplir con todos los requisitos, pero ante la necesidad de mano de obra, pueden optar por métodos de vinculación informal, cuando lo que se requiere es todo lo contrario: que cada vez más colombianos tengan empleos formales.
No se puede hacer populismo con algo tan serio que compromete la estabilidad del país en el largo plazo.
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