Cali, septiembre 17 de 2024. Actualizado: martes, septiembre 17, 2024 20:43
Funcionarios de la Asociación Calidris visitaron los municipios de El Cairo y El Dovio, con el fin de dialogar con propietarios de predios y prevenir la deforestación.
El reto con estas actividades es mantener los hábitats de aves que se encuentran en situación vulnerable.
Como parte de la iniciativa “Acelerador de Impactos Forestales” (FIA, por sus siglas en inglés) de BirdLife International, se realizaron las visitas a predios y Reservas Naturales de la Sociedad Civil en estas dos localidades del norte del Valle del Cauca.
Durante las visitas se identificó, junto a sus propietarios, zonas potenciales para la siembra de árboles, regeneración o enriquecimiento forestal.
Estas acciones buscan conservar cuatro especies de aves amenazadas presentes en estos municipios: la Pava Caucana, la Bangsia de Tatamá, el Águila Crestada y el Cucarachero de Munchique.
Con estas actividades, Calidris busca mantener el “acelerador por la conservación de los bosques”.
Entre las especies amenazadas que han sido avistadas en los municipios de El Cairo y El Dovio en el norte del Valle del Cauca están las siguientes:
La Bangsia de tatamá, también conocida como tangara del Tatamá (Bangsia aureocincta), es una especie de ave paseriforme de la familia Thraupidae, endémica de Colombia.
Esta especie fue descrita por primera vez en 1910 y se encuentra principalmente en los bosques húmedos montanos de la pendiente del Pacífico de los Andes occidentales, en altitudes que oscilan entre 1.600 y 2.000 metros.
Se localiza en selvas húmedas montanas, donde prefiere los estratos medio y bajo, con abundancia de musgos.
Catalogada como vulnerable por la UICN, se estima que su población oscila entre 600 y 1.700 individuos maduros, y se enfrenta a la pérdida de hábitat como principal amenaza.
La bangsia de Tatamá ha sido observada en varias localidades, incluyendo el cerro Tatamá y el parque nacional natural Las Orquídeas. Aunque fue considerada amenazada de extinción, su estado ha mejorado ligeramente, aunque sigue siendo vulnerable debido a la reducción de su hábitat natural.
El Cucarachero de Munchique, de nombre Henicorhina negreti, es una especie de ave de la familia Troglodytidae, endémica de los Andes occidentales de Colombia.
Fue descrita por primera vez en 2003 y se encuentra principalmente en el Parque Nacional Natural Munchique, en el departamento del Cauca.
El cucarachero de Munchique habita en zonas montañosas, forrajeando en los estratos medios de la vegetación. Su dieta se compone principalmente de insectos y artrópodos, incluyendo grillos, larvas y moscas. A menudo se le puede observar siguiendo marchas de hormigas legionarias y saltando entre ramas y lianas.
Debido a su hábitat restringido y la pérdida de este, el cucarachero de Munchique enfrenta amenazas que podrían afectar su población.
La Pava caucana de nombre Penelope perspicax, es una especie de ave galliforme de la familia Cracidae que habita en los bosques nubosos de los departamentos colombianos de Cauca, Valle, Risaralda y Quindío, entre los 700 y 1800 metros sobre el nivel del mar.
Es una especie endémica de Colombia, habita en pequeños remanentes de bosques subandinos, su principal alimento son los frutos, complementado con insectos, hojas y flores, es una especie clave para la dispersión de semillas, ayudando a regenerar los bosques.
Está catalogada como especie “En Peligro” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza UICN, amenazada por la pérdida de hábitat y la cacería, estudios recientes muestran un aumento del 430% en su población.
Y el águila crestada, llamada Spizaetus isidori, habita los bosques de los Andes y está en el libro projo.
El águila crestada (Spizaetus isidori) es una especie de ave de presa perteneciente a la familia Accipitridae, conocida por su apariencia robusta y su distintiva cresta de plumas en la cabeza. Este águila es considerada rara y se encuentra principalmente en los bosques húmedos montanos de los Andes, desde el sur de Colombia hasta el norte de Argentina y en algunas partes de Venezuela.
La característica más notable es su cresta occipital, que se levanta cuando el ave está alerta o irritada.
El águila crestada prefiere bosques primarios, aunque también puede encontrarse en bosques secundarios y áreas de vegetación despejada.
Se distribuye desde el nivel del mar hasta altitudes de aproximadamente 1,200 metros. Es más común en zonas de bosque nuboso y se le ha documentado en varios departamentos de Colombia, así como en Trinidad y Tobago.
Se alimenta principalmente de aves arbóreas y mamíferos medianos, como ardillas y puercoespines. Caza desde perchas y embosca a sus presas, utilizando su aguda visión y habilidades de vuelo.
El águila crestada enfrenta amenazas significativas debido a la deforestación y la persecución humana, especialmente en áreas rurales donde es vista como una amenaza para las aves domésticas.
Se estima que ha perdido más del 60% de su hábitat original en Colombia, lo que ha llevado a su clasificación como especie en peligro de extinción. La conservación de su hábitat y la educación de las comunidades locales son cruciales para su supervivencia.
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