Una nueva estrategia de robo en cajeros automáticos fue identificada.

Delincuentes instalan cámaras inalámbricas disfrazadas de tornillos para registrar las claves de los usuarios y sustraer dinero de sus cuentas.

En diferentes ciudades, ciudadanos reportaron la presencia de estos dispositivos en cajeros electrónicos.

A simple vista, parecen tornillos comunes, pero en realidad son cámaras de alto costo utilizadas para captar los movimientos de los clientes.

Una vez los delincuentes obtienen la clave, retiran la tarjeta con diversas maniobras y vacían la cuenta bancaria.

¿Cómo operan los delincuentes?

Primero, ubican la cámara en la estructura del cajero, generalmente en la parte superior o lateral del teclado.

Luego, esperan a que un usuario ingrese su clave.

Minutos después, mediante engaños o dispositivos de retención de tarjetas, se apoderan del plástico y acceden a la cuenta bancaria sin que la víctima lo note de inmediato.

Estos dispositivos pueden costar hasta un millón de pesos, lo que indica que detrás de este método hay redes organizadas con recursos para desarrollar nuevas formas de estafa.

Recomendaciones para evitar ser víctima

Para reducir el riesgo de caer en esta modalidad de hurto, se recomienda:

– Revisar visualmente el cajero antes de usarlo y buscar elementos extraños en el teclado o la ranura de la tarjeta.

– Tapar el teclado con la mano al digitar la clave.

– Evitar recibir ayuda de desconocidos dentro o cerca del cajero.

– Si se detecta una cámara sospechosa, no manipularla y reportarla de inmediato a las autoridades.

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