Cali, abril 22 de 2025. Actualizado: martes, abril 22, 2025 00:14
La escasez de medicamentos en Colombia alcanzó un punto crítico en 2025.
En ciudades como Cali, los adultos mayores duermen en las calles para conseguir un turno que les permita acceder a sus tratamientos.
La crisis de medicamentos en Colombia afecta a miles de pacientes con enfermedades crónicas, y pone en evidencia las fallas estructurales del sistema de salud.
A las puertas del dispensario de Disfarma, en la Avenida de las Américas, se observan largas filas desde la noche anterior.
Decenas de adultos mayores llegan con cartones, sillas plegables y cobijas.
Algunos llevan comida para resistir la madrugada, otros solo una chaqueta para protegerse del frío.
Esperan durante horas por la posibilidad de recibir los medicamentos que necesitan para sobrevivir.
Entre ellos hay personas con diabetes, hipertensión, cáncer y enfermedades huérfanas.
En muchos casos, tras pasar la noche al aire libre, regresan a casa con las manos vacías.
La falta de medicamentos esenciales es el principal detonante de esta situación.
La crisis de medicamentos en Colombia se intensificó debido a múltiples factores: aumento en la demanda, altos costos de insumos, barreras logísticas y demoras en aprobaciones sanitarias.
El 21 de marzo, usuarios de la Nueva EPS protagonizaron una protesta frente al dispensario de Disfarma.
Bloquearon la Avenida de las Américas para exigir soluciones a la escasez de medicamentos.
Participaron adultos mayores, cuidadores y madres de niños con enfermedades raras.
La manifestación expresó el cansancio y la desesperación de una población que ha visto vulnerado su derecho a la salud.
También buscó llamar la atención de las autoridades ante una situación que pone en riesgo la vida de miles de personas.
En respuesta, el Defensor del Paciente, Carlos Revelo, anunció que Nueva EPS y Disfarma se comprometieron a entregar medicamentos a domicilio a pacientes con dificultades de movilidad.
Sin embargo, quienes siguen sin recibir atención piden acciones más concretas.
El alcalde de Cali, Alejandro Eder, se refirió a la situación, subrayando que “muchos caleños —y miles de colombianos— hoy deben madrugar, hacer filas interminables y soportar la incertidumbre para acceder a medicamentos que, aunque con demoras, antes llegaban. Hoy, simplemente no están”.
Eder señaló que mientras se debate el futuro del sistema de salud, hay pacientes sin atención, adultos mayores en riesgo y familias enfrentando el abandono.
“Esto no se trata solo de una reforma; se trata de no poner en riesgo la vida de los colombianos”, afirmó.
Además, hizo un llamado al Gobierno Nacional, como principal responsable del sistema tras asumir el control de gran parte de sus actores, para que actúe con urgencia y ponga en el centro a los ciudadanos.
Además del impacto en la salud física, la espera prolongada en condiciones precarias afecta el bienestar emocional de los pacientes.
Los adultos mayores deben soportar jornadas sin acceso a baños, alimentos ni agua potable.
El desgaste físico y psicológico agrava enfermedades preexistentes y aumenta la exposición a nuevas complicaciones.
Muchos experimentaron ansiedad, angustia y frustración por la incertidumbre de no saber si podrán acceder a sus tratamientos.
Mientras tanto, comunidades enteras comenzaron a organizar rifas y campañas solidarias para apoyar a quienes no pueden costear los medicamentos en farmacias privadas.
Algunas personas recurren a redes sociales para pedir ayuda, otras buscan alternativas fuera del sistema.
La crisis de medicamentos en Colombia tiene raíces en la desfinanciación crónica del sistema de salud.
Las EPS enfrentan deudas con laboratorios y distribuidores, lo que generó lentitud en el abastecimiento de fármacos.
La intervención del Gobierno en algunas EPS empeoró la situación.
Al enfrentarse a problemas de gestión y liquidez, estas entidades no logran garantizar la entrega oportuna de medicamentos a sus usuarios.
Además, la cadena de suministro presenta cuellos de botella: demoras en importaciones, escasez de insumos, y procesos lentos para registrar nuevos productos.
El presidente Gustavo Petro denunció el presunto acaparamiento de medicamentos como la insulina.
Anunció que ordenaría allanamientos en bodegas donde se detecten prácticas irregulares.
La Fiscalía respondió que tales competencias no recaen en el Ejecutivo.
Las declaraciones generaron críticas políticas y temores sobre el impacto en el mercado farmacéutico.
Algunos sectores advirtieron que podrían generar incertidumbre y desincentivar la inversión en el país.
En medio del debate, se reportó el hallazgo de medicamentos en una bodega de Audifarma en Bogotá.
Estos productos habían sido previamente reportados como escasos, lo que plantea dudas sobre la gestión del inventario.
Nueva EPS anunció una reestructuración en la distribución de medicamentos.
La entidad busca nuevos gestores farmacéuticos que aseguren el suministro en diferentes regiones del país.
También se establecieron mesas de mediación entre EPS y distribuidores, con la participación de la Superintendencia Nacional de Salud.
No obstante, los esfuerzos siguen siendo insuficientes frente al tamaño de la emergencia.
La crisis de medicamentos en Colombia continúa afectando especialmente a los sectores más vulnerables, como los adultos mayores.
La falta de acceso a tratamientos médicos ha reducido la calidad de vida de miles de personas.
Adultos mayores, muchos sin red de apoyo, ven afectada su autonomía.
Ya no pueden realizar tareas básicas, ni participar en actividades cotidianas, sin el respaldo de sus medicamentos.
Afidro, la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos de Investigación y Desarrollo, anunció su disposición para aportar información técnica clave que permita abordar el reto de la insuficiencia de la Unidad de Pago por Capitación (UPC).
Esta decisión responde al llamado de la Corte Constitucional y del Ministerio de Salud, que han subrayado la urgencia de revisar el modelo de financiación del sistema de salud colombiano.
La organización destaca que comprender los factores que inciden en el crecimiento del gasto en salud —como el envejecimiento de la población, el avance tecnológico y la dinámica laboral— es fundamental para construir soluciones efectivas y sostenibles.
Por ello, aunque Afidro no participará en la mesa técnica oficial, reitera su interés en contribuir desde otros espacios al debate público.
Además del análisis técnico, Afidro trabaja en propuestas que impulsen eficiencias, reduzcan desperdicios y permitan identificar nuevas fuentes de financiación.
La organización considera que la sostenibilidad del sistema de salud no solo requiere ajustes financieros, sino también una visión integral que garantice transparencia, claridad y continuidad en la atención a los pacientes.
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